lunes, mayo 07, 2007

Kamikaze

Ella se sentó en el borde de la cama. Le rodó por la frente, recorriendo su mejilla, una gota de transpriación. Se echó el pelo que le cubría los ojos, hacia atrás, y suspiró hondo.
Paseaba nerviosamente las manos por el borde de la cama, sentía que le temblaban las piernas, sentía...
Y de golpe las sensaciones y los pensamientos se le vinieron al cuerpo. Echó la cabeza hacia adelante. Callarse era su secreto para mantenerse viva y esperaba no romper ese silencio que la había alejado de esa muerte tan desastrosa a la que tanto temía. Esa muerte tan terrible de cuando se mueren los sentimientos, y para eso, se presionaba los labios, para que ni un solo balbuceo se le escapara. El pecho le hormigueaba. De su figura -casi menuda- brotaba toda la melancolía encerrada en el momento. Melancolía que el momento mismo ameritaba, por eso toda la habitación se veía gris, porque Ella estaba cubierta de una pantalla opaca y la luz que todos los días irradiaba, se veía gris, y ella llenaba la habitación. La llenaba.
Reprimida, se veía y se sentía reprimida, y no podía dejar de balancarse una y otra vez, como si dentro de ella se estuviera librando un combate que no podía controlar y se exaltaba en espasmos. Trataba, de veras, trataba de que no la afectara. Y se mordía los labios (no quería que alguna palabra la hiciera podirse entre unos cuantos claveles dulzones y feos) para no decir nada. Dios sabe cuanto trabajo le costaba. Y olía, olía todo el encanto de la derrota. El paradójico encanto del adiós. De cuando creía que nada tenía vuelta atrás, por eso el adiós era más encantador que la bienvenida, porque las bienvenidas son todas iguales y aburren, pero el adiós es encantador, trágicamente encantador. Había olor, el olor a hombre silencioso, satisfecho y deprimido. Olor que llevaría con ella a donde fuera.

-Te amo- Dijo - Creo...- Susurró después.
Kamikaze.

6 Comments:

Blogger Carlos opinó que...

Siempre sentí que este escrito tenía algo de nosotros. Tal vez no "algo", sino que "mucho".
Y nunca quise postear, de alguna u otra manera no me parecía un relato feliz y positivo... y además, sentía la culpa de darme demasiada importancia al considerar que parte de sus letras iban pensando en mí.

Te quiero.
Sólo yo sé cuánto te quiero, porque Dios no lo sabe, Él no se mete en cuentos de hadas ni en pesadillas, sea esto lo que más parezca. Simplemente se conforma con regir el mundo con ciertas leyes que a veces quisiera romper.

¿Por qué no arrancarte el corazón para quedarme, quizás, con un pedacito de él? Después podría devolvértelo y tú seguir viviendo. Irte donde quieras ir, ser lo que quieras ser, hacer lo que quieras hacer. Pero no, las leyes naturales no permiten hacer eso y simplemente el corazón estará como una marca indeleble y tal vez ilegible de lo que pasó tiempo atrás.

He sido feliz contigo. Sí lo he sido. También he sentido rabia y desilusión en ciertos momentos, pero, aunque así lo hayas creído, lo malo no es capaz de borrar todo lo bueno. Porque a ti, Kamikaze, te aprendí a querer tal como eras, con tus defectos y tus virtudes. Un conjunto precioso que siempre tendré presente dentro de los pasos que dé.

Te amo, creo. A veces lo creo y lo digo, porque el pecho oprime cuando no dejas salir palabras de las que te arrepentirás de callar en el futuro. No podré decírtelo cuando estés volando sobre cielos atlánticos o cubierta bajo la nieve escandinava en unos meses más. Qué importa que sea una autoflagelación y tal vez cause que yo me haga pedacitos y mi sangre fluya con más fuerza a través de esta despedida.

Quisiera tenerte más. Aunque creas que la calidad pesa más que la cantidad... quisiera compensar todas las veces que no pudimos estar juntos y aunque a veces sientas que la llama se apagó... quisiera revivirla y darme la oportunidad de abrazarte cada día que quiera hacerlo, de sentir tu piel rozar la mía en todos los momentos en que tú tengas ganas.

Pero no. Te vas.

Pasará el tiempo y será sólo una memoria. Es más triste pensar en eso ahora que lo triste que pueda ser en el futuro. Pero yo me lo busqué. Probablemente yo sea el máximo kamikaze de esta historia y no tan simplemente el hombre silencioso y satisfecho.

Te quiero. No me arrepentiré de hacerlo. Ya no me arrepentí. Siempre llevaré tu esencia conmigo, aquella que me encantó.

10:50 p. m.  
Blogger Carlos opinó que...

Y perdona si dije alguna incongruencia: no hablé yo... habló directamente la masa incierta de sentimientos que hay en mí.
O debería decir... se arrojó al vacío hasta explotar.

10:50 p. m.  
Blogger Carlos opinó que...

Asumo que olvidé decir que te echo de menos...




...y si lo dije, no importa, es posible que en ese momento no te extrañara tanto como ahora.

10:56 p. m.  
Blogger Carlos opinó que...

Yo también siento que te amo. Lo sentí hoy de nuevo, cuando te vi, cuando te abracé... y cuando me despedí inclusive te lo dije, te lo susurré... y creo que ni lo escuchaste.
Y... yo no sé hasta qué punto lo que viste fueron luces, es más, si lo fueron... igual me hace sentir relativamente mal el hecho que no bastara con las mías...

Pero en fin, pasó, lamentablemente.

Y lamento haberte puesto en tanta incertidumbre hoy, pero es que de repente arrecia el egoísmo... y lo único que quiero es que te quedes y te des la oportunidad de ser feliz acá, en este país... que realmente te puede dar toda la felicidad, en especial si estás entre mis brazos.

9:20 p. m.  
Blogger Carlos opinó que...

=*

Costará aguantar hasta el domingo, si es que nos vemos. Si no, costará más.
E imagínate cuánto costará...

12:02 a. m.  
Blogger HUT opinó que...

No sé cómo llegué hasta acá. Pero tenía que decirte que me gustaron tu blogs. Suerte. Chao

www.queridosantiago.blogspot.com

9:54 p. m.  

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